LA CONFERENCIA EPISCOPAL, PIDE LIBERAR A LOS ESTUDIANTES DETENIDOS Y A LOS
LLAMADOS PRESOS POLÍTICOS.
El clero venezolano parece seguir en su vieja práctica de ponerse de
espaldas a los más desposeídos y a favor de los dueños del capital, aparte de
reafirmar su intención de hacerse de la vista gorda ante delitos cometidos
contra el pueblo.
No he visto a ninguno de los jerarcas
de la iglesia católica pidiendo justicia por los muertos que generaron las
guarimbas con sus guayas, sus miguelitos, sus bombas, sus quemas, su aceite
derramado, sus armas de guerra, su violencia. No, para nada, silencio ante toda
esa actitud enferma y asesina propiciada por líderes de la oposición. Pero ahora, ahora resulta que esos
delincuentes son estudiantes y la iglesia,
bajo el síndrome de Shakira, se nos
muestra como es “bruta, ciega, sordomuda, traste y testaruda”
pidiendo sean liberados los "dizque inocentes" muchachos y también los propiciadores e instigadores de la
violencia, estos últimos rebautizados estratégicamente como “presos
políticos”, para hacer olvidar al pueblo lo que realmente son.
No es de extrañarnos esta actitud repetida de la iglesia Venezolana. Ya en el pasado el clero ha estado al lado de quienes con dádivas y dinero les han hecho a ellos la vida fácil. Además, hace ya mucho pero mucho tiempo abandonaron las calles del pueblo para estar en los grandes banquetes y en las mesas donde se repartían el botín. Ya en el pasado y por décadas bendijeron y apoyaron a las distintas dictaduras que oprimieron y asesinaron al pueblo venezolano. Por décadas también fueron cómplices de sus colegas de sotana con su silencio, a la vez que daban sus bendiciones a aquellos que cometieron crímenes y abusos, exculpándolos de horribles e imperdonables delitos cometidos contra inocentes niños, niñas y adolescentes.
¿Con que moral piden ahora libertades para los delincuentes que salieron a matar deliberadamente durante meses? ¿Hasta cuándo vamos a tener que soportar que una cúpula religiosa pretenda dictar cátedras de moral? ¿Hasta cuándo aguantar una iglesia que hipócritamente hablan del legado bíblico de Jesús y por otro está de espaldas al pueblo? ¿Dónde están los sacerdotes que caminan entre el pueblo, lo sienten y lo defienden? ¿Dónde están los clérigos que participan en obras y organizaciones desde los vecindarios y/o consejos comunales? ¿Dónde están los curas metidos en los barrios en labor social, cultural y deportiva para darle valor a aquello de "amaras a tu prójimo como a ti mismo"? ¿Dónde están -que no los veo- los canónigos que piden justicia para que los responsables de las muertes productos de las guarimbas paguen?
Será que esos curitas que creímos eran parte del pueblo, el vecindario y el hogar, sólo los veremos en las películas y telenovelas mexicana. En la vida real solo sabemos de su ausencia en la población, de sus abusos sexuales y de sus anuales y pomposas Conferencias Episcopales, donde siempre piden y reclaman lo que sus amigos dueños del capital les dictan y eso siempre es contra el pueblo.
Es triste pero esta es la verdad. Es triste, pues el pueblo cristiano ha
sido engañado por años y siglos, asiéndoles creer que los sacerdotes en todas
sus escalas jerárquicas estaban para: “defender
al pueblo, para guiarle, para cuidarlo de todo mal, para orientarle y de paso
para conectarlo con un Dios que nos impusieron desde la conquista a fuerza de “Cruz
y Plomo, Lanza y Espada” como diría el Ziggi Márquez en una de sus tantas
buenas canciones”. Y ahora cuando ese pueblo cristiano al fin abre los ojos se entristece,
se decepciona y descubre que el clero desde que llego a estas tierras con muy
pocas y contada excepciones: Nunca ha defendido al pueblo sino sus intereses políticos eclesiásticos y/o
electorales. No nos ha guiado más que para le sirvamos ciega y fielmente. Nunca
nos cuido del mal porque en la mayoría de los casos el mal venia con ellos. No
nos oriento con el ejemplo sino con la amenaza de castigo para que la
orientación y el camino fuesen siempre a
su favor. Y no nos conecto con Dios pues
ellos definitivamente con sus actitudes contra el pueblo, con tantos abusos ocultos,
con tantos crímenes bendecidos, con la infinidad de negociaciones arregladas y con
sus desmesurados desmanes cometidos contra
el pueblo de Dios, nunca, pero nunca han sido puente de conexión entre un ser
todo bondad y sabiduría, y un pueblo
noble como el pueblo venezolano.
Entonces no nos extraña que el caradurismo, la hipocresía, el servilismo, los intereses económicos, acomodaticios
y su sed poder hagan decir
a La Conferencia Episcopal: “El Gobierno
debe e liberar a los estudiantes
detenidos y a los presos políticos. Ya
este pueblo abrió los ojos. Ahora nos atrevemos a preguntarnos ante cada
declaración de la iglesia, cosas como ¿Cuál será la ganancia de la iglesia (en
el supuesto caso no dado) de la liberación de sus defendidos asesinos? Ahora
nos atrevemos a decir nuestra opinión, ahora somos libres de voluntad y pensamiento.
Ahora somos libres de la manipulación de la iglesia y así estamos realmente: LIBRES
DE TODO MAL. AMEN.