miércoles, 22 de octubre de 2014

TALLER: “JUEGOS LITERARIOS.

TALLER: “JUEGOS LITERARIOS.  Estrategias para el estímulo de la lectura y la escritura” DICTARÁ EL CENAL EN MARACAY
Con el fin de proporcionar estrategias creativas que promuevan el proceso de lectura y escritura en el niño a través del juego y las artes y como parte del trabajo que viene desarrollando Instituto Autónomo Centro Nacional del Libro CENAL  y el Gabinete Estadal de MPPC, a través de la Coordinación del Libro y la Lectura,  Invita al  taller de “Juegos Literarios, Estrategias para el estimulo de la lectura y la escritura”  los días jueves 23 y viernes 24 desde las 8 am y hasta las 12 del mediodía en la Sala de Audiovisuales de la Biblioteca Pública Agustín Codazzi, de Maracay, el cual estará dirigido a:  docentes, promotores de lectura, bibliotecarios, estudiantes de educación, recreadores  y padres que deseen motivar a sus hijos en este campo.
En el taller los participantes descubrirán como lograr el acercamiento a la obra literaria como expresión creativa. El gozo del arte literario en todos sus géneros (narrativa, poesía y teatro). La socialización e integración con el grupo. La construcción de canales creativos de comunicación, expresándose a través del lenguaje oral, corporal, gestual, plástico, gráfico y musical. Y por supuesto la aplicación por parte del participante de este taller de circunstancias estimulantes y creativas, que permitirán  al niño la construcción de su experiencia lectora y escritora.
Este taller será facilitado por Hernán González Díaz, quien tiene larga experiencia como: actor, director, dramaturgo, y narrador oral además de ser licenciado en educación, quien ha trabajando como facilitador de juegos escénicos y literarios, tanto con niños como con estudiantes de educación y ha  conducido el programa infantil El Abuelo, que se transmitió por años tanto en TVS, Color Televisión y Canal Aragua.
Así que la cita es para este jueves 23 y viernes 24 en la Biblioteca Agustín Codazzi,  donde el CENAL, el Gabinete Estadal de Cultura del MPPC y la Coordinación del Libro y la Lectura, nos esperan para divertirnos y aprender con el Taller de JUEGOS LITERARIOS.



lunes, 20 de octubre de 2014

EL GÉNESIS DE LAS DOS PRIMERAS BIBLIOTECAS DE PALO NEGRO


EL GÉNESIS DE LAS DOS PRIMERAS BIBLIOTECAS DE PALO NEGRO

                Por allá por el año de 1971, siendo yo aun de esos que hoy denominan un preadolescente, me dio por reunirme con algunos jóvenes de la calle Ricaurte, de Palo Negro, donde yo vivía. Aquel grupo de jóvenes  tendrían en el entonces entre 17 y 21 años de edad, y yo apenas 12, algunos de ellos eran del sector, otros venían de la Atascosa, el Centro, Libertador y hasta del Barrio Ocumarito, eran estos muchachos  lo que cualquiera por sus excentricidades llamaría: los locos de la cuadra, el grupo se ganaba ese remoquete quizás  porque eran los que organizaban la carroza de carnaval, los equipos de fútbol, la  fiestas de miniteca y de paso les daba por sentarse en la acera de la Señora Santiaga, en la calle Ricaurte con Mariño, justo en la esquina las flores, desde las 8 de la noche y hasta las 12 o más, a leer, a discutir lo leído y a elucubrar sobre temas diversos.
                Como dije antes, yo aun era un niño, pero ya de ante manos me gustaba leer, inicie muy temprano con suplementos de comíc, (aquellos que costaban real y medio y que casi todos eran de la Editorial Navarro de México)  luego cayó en mis manos gracias a mi madre Verónica, mi primer libro propiamente dicho, se trato de “20.000 Leguas de Viaje Submarino”, de Julio Vernes, y tras esté otros, “ Viaje al Centro de la Tierra”, “El Viaje a la Luna”, “La Vuelta al Mundo en 80 Días”, y me convertí así, por obra y gracia de mi madre lectora también, en  un fanático de Vernes, aunque nunca pude terminar de leer (aun no lo hago) “EL Soberbio Orinoco”.
                Cuando inicie a reunirme con aquellos locos maravillosos, a quienes yo admiraba, no me fue fácil ser aceptado siendo yo menor que ellos. Persistía yo en estar en la esquina con ellos escuchando sus cotorras sobre los diversos libros que ellos leían. Muchas veces algunos de aquellos tarajallos, en especial Simón Sumoza, me corrían del grupo.   Simón solía decirme  __ ¿qué haces tú aquí carajito? Vete para tu casa__  y otras  como __ Este carajito si es ladilla, anda a jugar metra___  aunque casi siempre fui defendido por su hermano Germán Sumoza, lo que me autorizaba a quedarme.  Con el tiempo y luego de breves intervenciones mías sobre lo que yo opinaba de sus discusiones literarias mezclándolas con mis lecturas Vernianas, fui superando la etapa de falso rechazo y  poco a poco fui aceptado. Aunque Simón, nunca dejo de joderme para su diversión,  ni Germán, dejo de defenderme. A pesar de Simón,   yo intuía en sus palabras y sus bromas  afecto y sorpresa por mis intervenciones.
                Inicie así el intercambio de libros, y me leí, a los autores de moda como Mario Puzzo, Papillon, y libros que aun hoy siguen dando de qué hablar como: 100 Años de Soledad, La Casa Verde, El Lobo Estepario y unos cuantos más de diversos  autores y estilos. Las discusiones sobre lo que uno y otro leía y nuestros diversos  puntos de vista siguieron alimentando a este grupo que durante unos 2 o 3 años siguió reuniéndose  de manera informal y sin convocatoria en la acera de la Señora Santiaga. En algún momento  de esas tertulias nocturnas se nos ocurrió que Palo Negro, no tenía Biblioteca Pública, así que decidimos constituirnos en Comité Pro Biblioteca de Palo Negro, y el patio de mi casa se convirtió en espacio para las primeras reuniones.
                Simón, el tipo genial, brillante y jodedor, hacia algún tiempo que ya no estaba entre nosotros los mortales debido a un lamentable accidente que lo alejo de nosotros, del fútbol y de su equipo Gol 70,  justo cuando era considerado el mejor arquero del pueblo. Germán Sumoza, tratando de superar el dolor de la perdida asumió el liderazgo dejado por Simón. Se dedico a liderar las reuniones pro-biblioteca,  mientras yo fungía como una especie de secretario de actas, tomando notas de lo que se decía y se proponía. A esas reuniones asistían jóvenes del entonces  como, Juan Reverón, Simón Saad, Luis Carrillo, Eloy Merchan, Henry Castillo y dos de sus hermanos; también  Antonio José Hernández, Luís Custoi, Eduardo Veloz, Iván Girón, Héctor Rondón, un catire que llamaban el gringo junto a su hermano otro que apodábamos Ciro Vega, hoy no recuerdo sus nombres, y sé que hay muchos más que participaron en esta etapa del génesis, pero  mi injusta memoria no me permite recordar.
                Una de nuestras primeras acciones fue enviar carta a la Junta Comunal, que presidia en el entonces Carlos García Barrera,  para enterarlos de nuestras actividades.  Para cada carta que debíamos enviar a algún organismo, nos valíamos de la hermana de Germán,  Antonia Sumoza, quien tenía por su trabajo como hacerlo; no podía ser de otra manera pues pocas personas tenían máquina de escribir y por supuesto las computadoras en el entonces eran una utopía de las cuales sólo habíamos oído hablar en las películas y libros de ciencia ficción.
                Carlos García Barrera, nos respondió y hasta nos permitió reunirnos en el salón de sesiones de la Junta Comunal que el presidia. Allí religiosamente nos reunimos una noche, una vez a la semana. Mandamos Cartas a la Biblioteca Agustín Codazzi, de Maracay, solicitando su apoyo y por nuestra parte decidimos salir de casa en casa a pedir libros para alimentar la biblioteca de nuestros sueños. Durante aproximadamente 5 o 6 meses esta comisión funciono sobre todo en la recolección de libros. El pueblo generoso de Palo Negro, nos abrió las puertas de sus casas y celebro nuestra causa donando libros, de literatura, historia, poesía y muchos textos escolares.
                La Junta Comunal, fue la encargada de resguardar las cajas y cajas de textos que fueron donados por el pueblo, también se nos comunico que de allí en adelante los enlaces con la Biblioteca de Maracay serían institucionales y que los libros estarían resguardados hasta que se lograra la inauguración de la Biblioteca. Confiados  en haber cumplido con nuestros deber en la consecución de la biblioteca, todos nos retiramos entendiendo que nuestra Comisión Pro Biblioteca había cumplido y que ya no era necesaria nuestra participación y sólo debíamos esperar.
La comisión desapareció, yo me uní a los jóvenes que se reunían en el Club Social Palo Negro, (1974) y que se daban a llamar Palo Negro Adelante (PANEADE)  en estos espacios la muchachada hacia teatro, danza, deporte y mucho más,  la directiva del Club, quizás motivada por la cantidad de jóvenes que allí acudíamos nos carnetizaron, también un poco para mantener el orden en estos espacios  que hasta ese entonces habían sido celosamente abierto sólo a los socios, sus hijos y alguno que otro familiar.  Si no me equivoco como un año y medio antes esa misma directiva, en donde las figuras principales eran, Carlos García Barrera, José Colina y Pita Galán,   inauguro dentro de sus instalaciones una biblioteca  con extraordinarios libros, aire acondicionado y unas sillas enormes y muy incomodas pero había donde leer. Está biblioteca tuvo por nombre Balbino Blanco Sánchez, en honor al poeta y declamador turmereño. El día de la inauguración se conto con su presencia y deleito al público declamando con esa voz profunda, varonil y  melódica de estilo muy particular que le caracterizaba.  Esa noche escuchamos de su voz “Píntame Angelitos Negros, Majestad Negra, La rumba, Barlovento, Canto para dormir a un negrito” entre tantos otros que hoy ya no recuerdo. La biblioteca en un principio estuvo a Cargo de Carlos Navas Hernández, mejor conocido entre sus amigos y familiares como Tite, el fue profesor de biología, coralista, extraordinario lector, hombre muy culto, ameno conversador, y primer chicharrón de los bailes de la orquesta Billo’s Caracas Boys.  Carlos, motivado a un quebranto de salud renuncia al cargo  y su sustituto sale de la fila de los jóvenes del grupo PANEADE que allí nos concentrábamos. Se trato de José Vicente Blanco, lejos estábamos de saber quiénes con él nos la pasábamos, que aparte de ser un excelente hacedor de espaguetadas, arroz con pollo y sancochos  en todas nuestras reuniones de casa en casa, que llegaría a ser en los años 80 uno de los mejores pintores del Estado Aragua, ganando numerosos premios y considerado a nivel nacional como uno de los mejores dibujantes del país, y allí en el cargo se mantuvo hasta 1980, cuando egresa de la Escuela de Artes Visuales”Rafael Monasterio” . Esa fue nuestra primera biblioteca de Palo Negro y también la primera en desaparecer años más tarde, posteriores directivas que sucedieron a Carlos Gracia Barrera, José Colina y Pita Galán, debieron estimar que no hacía falta tal instrumento de apoyo a la educación y la cultura palonegrense.
                Pocos años después,  la Junta Comunal,  inauguro en la calle Bolívar, justo en la casa del carpintero Morales,  la Biblioteca Municipal, y le pusieron por nombre Rafael Longoria, (Aun hoy me pregunto por qué y quien decidió el nombre) ninguno de los miembros del movimiento Pro Biblioteca fuimos invitados, y muchos se enteramos de su inauguración con los meses. Tampoco fue ninguno de nosotros a reclamar que no se nos llamara, para nada, ya la biblioteca estaba y eso era lo importante.
                Muchos fueron los Bibliotecarios que por allí pasaron, la primera si no me equivoco fue Liliana Hernández, habitante de la calle Ricaurte con Pasaje “A”, después de ella pasaron por allí muchos otros. Para mediados de la década de los 90, cuando Palo Negro ya contaba con su autonomía Municipal, y  próximo a cumplir la Biblioteca sus 20 años, asume como bibliotecaria la joven Ingrid Osorio, ella con su mejor voluntad organizo el aniversario. Esté se celebro con bombos y platillos, gracias a la primera Alcaldía del Municipio Libertador, y el apoyo del primer Alcalde electo Guillermo Morales, durante los actos se reconoció a los bibliotecarios que por ella pasaron, se condecoraron personas, se entregaron placas,  y se conto con la presencia de familiares del epónimo Rafael Longoria, estos últimos venidos de la Victoria.  Una de las cosas resaltantes del evento es que se distribuyo un folleto con una historia muy distinta a esta, con otros protagonistas o precursores y más apegada a reconocerles a las autoridades locales de mediados de los 70, las últimas gestiones que para su consecución hicieran, en especial a las autoridades sobrevivientes de aquel entonces. También se les reconoció a otros vinculados al personal de la biblioteca y a uno que otro comerciante.
                Ingrid tuvo toda la buena voluntad pero más por inocencia y falta de investigación de parte de ella los actos se realizaron ignorando estos hechos. Por supuesto también predomino mucho el egocentrismo del recién electo Concejo Municipal y el egoísmo de las autoridades de la Junta Comunal de la década de los 70 que aun vivían  para juntos  obviar y no investigar esta parte de la historia.
                Hoy en el año 2014, en una de esas tantas Nostalgias Cotidianas que me dan por mi pueblo Palo Negro,  llega esta historia cierta a mi memoria y decido escribirla como testimonio de lo que los jóvenes palonegrenses han hecho por el pueblo de Palo Negro, y por supuesto como acto de justicia histórica para quienes ya no están y también para los que aun quedamos.

Licdo. Hernán González Díaz.

Próximamente:

  • LOS CHICOS MALOS DE PALO NEGRO Y LA CONSTRUCCIÓN DEL ESCENARIO DE LA PLAZA BOLÍVAR.
  • LA FIEBRE DEL FUTBOL EN PALO NEGRO.
  • BREVE HISTORIAS DE LOS GRUPOS CULTURALES DE LOS AÑOS 70 Y 80 EN PALO NEGRO.
  • Gente y Costumbres de Palo Negro.