Hoy me dedicare
nuevamente a asegurar una paz duradera y felicidad para toda la humanidad:
Seré tan fuerte que nada pueda perturbar
mi paz mental. Hablaré de salud, felicidad y esperanza a cada persona de mi
mente. Haré que mis amigos sientan que hay algo bueno y valioso en ellos. Veré el lado resplandeciente de cada
cosa y seré optimista sobre la vida. Pensaré sólo lo mejor, trabajaré para
hacer y esperar sólo lo mejor. Me sentiré tan feliz con el éxito de otros como
del mío propio. Olvidaré cualquier error del pasado y avanzaré proyectando un
mayor logro en el futuro. Invertiré tanto tiempo en mejorarme a mí mismo que no
tendré tiempo de criticar a los demás. Seré demasiado fuerte para temer,
demasiado benévolo para enojarme y demasiado feliz para preocuparme. Elevaré mi
corazón en la fe cada día, para que la sabiduría se revele en mi vida.
Daisaku
Ikeda
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