martes, 2 de abril de 2013

Nostalgias Cotidianas/ Semana Santa a la Venezolana


Semana Santa a la Venezolana

Autor: Hernán González Díaz

Las costumbres de los venezolanos en cuanto a la celebración de fechas religiosas, es como para coger palco.  Por ejemplo la Semana Santa. La Semana Mayor, como también se le conoce, esta impregnada por un tanto de folclor y otro tanto de tradición. Al punto de convertirse por así decirlo en una celebración muy, pero muy original. La religión oficial venezolana es la católica, y en tal sentido en el país, se realizan, actos de todo tipo. A saber: procesiones, penitencias, peregrinaciones, misas, bendiciones del agua y también de palmas, la bendición del mar tampoco falta. Muchos cuelgan en sus hogares, tantos elementos tras la puerta, a saber: sábila, cruces de palma bendita, frasquitos de agua también bendita, imágenes del Santo de su predilección, (San miguel, la Mano Poderosa, La Virgen del Carmen) que uno no logra explicarse que la citada puerta no se descuadre de tanto peso, porque hay que ver el tamaño de la penca de sábila y del frasco, amen de alguna pintura alegoría enmarcada. También por estos días  queman incienso, e incluso algunos queman algún monigote al que llaman Judas, como representación simbólica de desprecio al que en la Biblia se le responsabiliza de traicionar a Jesús.
Las creencias y supersticiones no se quedan atrás, entre ellas están aquellas que aseguran que en Semana Santa, no se puede barrer, con la consecuencia terrible de que la casa se vuelve un chiquero y si por casualidad se quema algún bosque (como suele pasar) ya usted sabe que vivirá durante 7 días entre cenizas, ramitas quemadas y mucho tizne. Otra creencia es aquella de que no se puede trabajar, en especial si su trabajo tiene que ver con oficios como la latonería, la carpintería, la mecánica y todo aquello que le obligue a martillar o clavar, puesto que si así lo hiciera se toma como si usted estuviese clavándole los clavos al Cristo. En tiempos de mi abuelita, durante estas fechas, no se podía usted bañar, y uno no se explica, como se metía toda aquella gente sin bañarse en un templo, recordemos que la semana en cuestión siempre cae en pleno verano y el calor y el sudor se hace insoportable. Y que  decir de sus acostumbradas palabrotas, palabrotas que ya eran tan suyas y sentidas que da alguna manera usted era tentado por el diablo (el cual se cree que en estos días andaba suelto), y tras dejar escapar desde lo más profuso un Co... de .... M..... Usted, como buen católico se persignaba y pedía un perdón que resultaba ser más automático, que sentido. En los tiempos de mi abuela, la radio y la televisión detenían la programación  y solo se oía música acorde con los días que trascurrían. Pero, hablando de música, usted no podía cantar, ni bailar, ni escuchar música, a excepción de la denominada Sacra o creada para alabar al Dios de los Cristianos (Aclaro que esa música era solo para escuchar y no para bailar, no vaya a ser que me mal interpreten). Otras creencias se van a los extremos como aquella de no comer carne. El no comer carne, así como el no poder clavar, se hacía extensivo a la vida íntima y en tal sentido usted no podía hacer el amor, porque eso es comer carne y de seguro los infractores se convertirán en pescado.
Hoy en día esta demostrado que el venezolano es un creyente fuera de lo común. Y por ello, como los tiempos de la abuela han pasado, muchos devotos se prestan a esta celebración embalando y comprando todo lo que sabe que para ser un buen católico se refiere. A saber: Traje de baño, bronceador, cervezas, sombrillas, salvavidas, cervezas, comida enlatada, carbón, carne,  (por que en la playa casi no se consigue), cervezas, domino, barajas, bingos, cervezas, colchonetas, hamacas, cervezas, cocinas eléctricas, carpas, cervezas,  preservativos, equipos de sonidos, los mejores 50 C.Ds , y por supuesto algo que no podía faltar en una fechas tan importantes para el recogimiento y el acercamiento a lo espiritual, LA CERVEZA. Pues es así como lo oyen y aquí es donde los nuevos católicos rompen con aquel viejo proverbio de que Todo tiempo pasado fue Mejor, pues en opinión de los herederos de las viejas tradiciones ellos sostienen que esta es una mejor manera de celebrar la Semana Mayor. 

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