lunes, 20 de febrero de 2012
Nostalgias Cotidianas/La Fiesta de Carnaval
La Fiesta de Carnaval
Autor: Hernán González Díaz.
Palo Negro celebra sus fiestas más rumberas todos los 23 febrero y si coinciden con el carnaval ni hablar. Este año es uno de esos y unos buenos amigos me invitaron a una fiesta o digamos más bien un baile. Un baile de esos que se suponen será muy bueno por que es con orquesta y todo. Yo por mi parte, tenía muchos años de no ir. Este baile tenía para mí, un atractivo especial. Iba a ser un baile con las orquestas más viejas del país, la orquestas con que más bailaron mi mamá y mi papá en su juventud; “La Billo`s Caracas Boy , la orquesta más popular de venezuela y Los Melódicos, la orquesta que impone el ritmo en Venezuela, juntos en una misma noche, interpretando sus grandes exitos de ayer hoy y siempre” nada más y nada menos... Disculpen ustedes los menores de 18 años la rimbombancia de la presentación, bien sé, que esos nombres para muchos de ustedes no significa gran cosa. Más para mi, que mis padres no se pelaban un bomche con estas orquestas, que mis primeros pasos de baile fueron al compás de: Para bailar solo se necesita, el repicar de un par de maraquitas, un buen danzón, un guíro, una muchacha, charan cachancan chan, y una buena musiquita. Para mi que mostré mis dotes de gran bailarín en El Club Social Palo Negro, en el que me hicieron rueda mientras Manolo Monterrey cantaba su trabalenguas musical: Y tacararaca taca tica taca racarara y tacararaca taca tica tacaraca ta, para mi ir a este baile era como volver a ser niño, de la mano de mis padres. Como volver a ser adolescente y planificar toda la semana, como bailaría con Doris, un bolero. Aaahh... Doris y yo, cachete con cachete, bailando y escuchando a Elí Méndez cantando: Soñar que te tengo en mis brazos, que te doy mis caricias con toda la fuerza de mi corazón y entonces, robarle un beso, y... soñar. Todo esto y mucho más sería ir al Baile del Siglo. Tenía tantos planes con el baile que la noche anterior no dormí producto de la ansiedad y la nostalgia de los viejos tiempos. Al llegar el día señalado fui al banco y raspe lo que me quedaba en la cuenta y prepare mi mejor pinta. A las 8:00 de la noche ya estaba listo, me senté en el sofá para esperar a los panas. 8:30, me esta dando sueño, y los carrizos no vienen. 8:45, bostezo, me estiro y casi me duermo cuando escucho el cornetazo que anuncia la llegada de mis amigos y nos fuimos al baile. Llegamos eso estaba full. En la puerta nos hicieron un pequeño túnel por donde pudiéramos entrar. Ya dentro del club, el problema era que no había mesas a orillas de la pista (porque al parecer y según las costumbres del venezolano mucha gente hizo cola desde la noche anterior frente al club para obtener lugares privilegiados). Nos toco una mesa en el centro de todas las mesas. Como a las 11:00 La Billo`s empezó a tocar el característico paso dobles con que empieza casi todos sus set, alguien tenía que quedarse a cuidar los bolsos mientras los demás bailan así que lo sorteamos y adivinen quien se quedo... Este que esta aquí... Mientras decía como auto-consuelo _Tranquilo a mí nunca me ha gustado el primer set_. Se fueron y en cada mesa se queda alguien, mirándoles la cara a los otros que también se quedan mientras mueve un pie al ritmo de la música. Yo creo que toda familia que se precie de ser venezolana y tradicionalista debería tener una tía viejita, que no sale a bailar, pero que es curiosa, criticona y buza que disfrutan quedarse en la mesa mientras los demás bailan. Tal y como la teníamos nosotros en mi adolescencia. Eso era algo que yo había olvidado, hasta ahora, que veía las otras mesas llenas de señoras flacas o regordetas empinándose un Wisky seco, mientras los ojos le brillan, al mirar como las manos de algún bailarín se deslizan hacia las nalgas de una bailarina que no es su sobrina. A pasado medio set alguno de mis amigos más por cansancio que por solidaridad viene a la mesa destilando sudor, se sientan y me uno me dice. _Panita si quieres ve a bailar que yo me quedo a descansar_. Al momento salto de la silla y le digo a su parejea: _ Quiere bailar_ y muy embarazosamente me contesta: _Hay estoy cansada, bailamos ahora, saca alguna muchacha de otra mesa_. Al salir de la decepción lanzo una mirada al resto de las mesas, sólo para encontrarme cientos de miradas licenciosas de tías libidinosas que me miran por sobre sus anteojos, mientras me sonríen con un solo diente, tratando de simpatizarme, de conquistarme para que las saque a bailar. Trato en lo posible de no encontrar sus miradas con las mías, resignado me voy a sentar nuevamente cuando escucho una voz desconocida y seductora a mis espaldas, diciéndome. _Si quieres bailamos_ Mi rostro se ilumino y sin perder tiempo respondí que si al tiempo que me paraba para ver a mi salvadora. Pues no era más que una de las tantas tías cuidadoras de mesas que me atrapo desprevenido. Mis amigos me veían como un buen hombre dispuesto a alégrale la noche a una indefensa tía, yo me sentía como el perfecto idiota, y mi nueva compañera de baila me veía como la mesa servida por Ángel Lozano o Sumito Estévez. La dulce tía me zarandeo, me vapuleo, me piso, me pellizco las nalgas, y para colmo me apretó cachete con cachete cuando Eli Méndez canto: Soñar que te tengo en mis brazos, que te doy mis caricias con toda la fuerza de mi corazón…., y antes de que yo pudiera reaccionar me estampo un beso, un beso como una especie de ventosas babosas, en un beso tan horrible como debe ser, pasarle la lengua por el lomo a un sapo. Yo trataba de escaparme de aquel ósculo que me propinaban ante la mirada de asombro del resto de los bailantes y la mirada lujuriosa del resto de las tías que estaban en las mesas y que de seguro pensaban “después de ella me toca a mí ese muchacho”. En eso las trompetas de la orquesta sonaron fuertemente para dar paso a la otra pieza musical y fue cuando caí al suelo desde el sofá de mi casa. No era más que una pesadilla, pero las trompetas aun se escuchaban. Yo estaba desorientado, entre haberme caído, el susto de la pesadilla, un mal sabor en la boca y saberme despierto escuchando aun las trompetas de la orquesta. Hasta que note que las trompetas no eran más que la corneta del carro de mis amigos quienes la tocaban y gritaban desde hacía rato para ir al baile, baje rápidamente y al montarme en el carro, cerrar la puerta quedando apretujado, voltee a ver con quien quedaba hombro a hombro y me encontré con la misma viejita de mi pesadilla, la misma de mirada lujuriosa, con un solo diente y mirándome por encima de sus lentes, humedeciéndose los labios arrugados con una lengua grande, gruesa y evidentemente áspera, quien al parecer nos acompañaría para cuidar la mesa, pero ella me vio con una mirada tan, tan, pero tan, sádica, que le dije a mis amigos: _Lo siento muchachos pero yo no voy, tengo nauseas_. Baje y a toda carrera me marche a mi apartamento.
Nostagias Cotidianas/Historia Natural de Buzos
Historia natural de Buzos
Autor: Hernán González Díaz.
La historia nos cuenta de una infinidad de personas que después del convencionalismo del vestir decidieron salir a la calle como llegaron al mundo (sin ropa, para el deleite de los observadores). La historia misma da cuentas del primer desnudo humano realizado por un tal Adán y una Eva, quienes sin ningún pudor andaban por el “Barrio El Paraíso”, como si tal cosa. Al ver que sus desnudeces no llamaba la atención de nadie, decidieron inventar el primer atuendo con hojas de parra y allí comienza la historia de la moda.
El desnudo en masa no es nada nuevo, por ejemplo: El Día de los Cuarenta Mártires (el 9 de marzo), se recuerda a los 40 soldados romanos que rehusaron hacer sacrificios a los dioses de Roma por fidelidad a su fe cristiana, entonces se les obligó a permanecer desnudos sobre un estanque helado y murieron durante la noche.
Colon por su parte, cuando llego a América, escribió en su diario lo siguiente: “Ellos andan todos desnudos como su madre los parió, y también las mujeres, aunque no vide más de una harto moza, y todos los que yo vi eran todos mancebos, que ninguno vide de edad de más de 30 años, muy bien hechos, de muy hermosos cuerpos y muy buenas caras, los cabellos gruesos casi como sedas de cola de caballos y cortos” (Ni por el carrizo Colon pozo sus ojos en una viejita y de paso, a la hora de bucear no reparo en sexo siempre que fuera menor de 30 años) Si nos dedicáramos a examinar con atención el texto escrito por el dizque “descubridor” de las Américas, llegaríamos a la conclusión de que él genovés en cuestión es el primer buzo que registra la historia en estas tierras. Más esa no es nuestra tarea.
Artistas como Miguel Ángel, hace casi 500 años guardaba culto al desnudo. Miguel Ángel dedica gran parte de su obra al cuerpo humano, con poca o ninguna prenda, al punto que una de sus obras; El Juicio Final, es una obra admirable y atormentada y esta poblada con cuatrocientos desnudos esculturales. Y los mismos que critican la desnudes del cuerpo se van a los museos a deleitarse con tal desnudes.
Y yo me pregunto de ¿donde viene esta tendencia al denudo humano? ¿De donde sale ese querer ver aunque sea un piconcito? Imagino yo, que esta tendencia a ver desnudos, debe tener sus raíces en el placer de lo prohibido. Porque fíjense, si usted va a una playa nudista, pasado un corto tiempo ya usted no volteara a ver con mayor interés algún cuerpo desnudo. Más, si a alguien se le ocurre filtrarse con ropa, todos los ojos de los presentes se posaran sobre él, y no faltara quién diga _Que descaro tiene ese, mira que venir con franela y bermudas_
La poesía también tiene su culto al desnudo, el mismo poeta norteamericano Walt Whitman escribe desde sus pasiones nada ocultas en su, Canto a mí Mismo:
Veintiocho mocetones se bañan en el rió.
Veintiocho mocetones, en cordial camaradería, se bañan en el río...
(Y más adelante agrega en un juego de imaginación y lujuria atribuido a una mujer que observa desde su atalaya)
...Una mano invisible pasa también acariciando temblorosa las sienes y los lomos.
Los muchachos flotan boca arriba con el vientre blanco y combado bajo el sol,
Sin saber quien los abraza y los aprieta,
Quién resopla y se inclina sobre ellos...
Y yo me pregunto ¿esa mano, esa mujer, ese quien resopla, no será el mismo Whitman?
Pero tratando de profundizar, quien en su sano juicio, y en plena adolescencia, no se robo por unas horas aquella revistica picante, quién no trato de ver por un huequito a una prima o una vecina mientras se bañaba o se vestía, quién no se quedo hipnotizado viendo la orillita de alguna minifalda, ligando que se subiera un poco más de lo normal. Aunque después de alcanzado el objetivo, no supo que hacer con aquella imagen perturbadora y como auto castigo se asilo en el baño de casa y paso horas y horas tratando de lavar las culpas a mano. Sé que esta perorata esta dirigida más a la acción típica de los caballeros. Por ello pido perdón a las damas ya que no poseo su experiencia al respecto, más si alguna de ustedes nos lo quiere comentar a fin de que sea divulgada escribanos su parecer desde el punto de vista femenino y, sonrójenos de una buena vez, (que estoy seguro así será) demostrándonos: que pacato, inocentes y engreídos podemos ser ante una mujer que también se dedica al discreto y antiguo arte del buceo.
sábado, 18 de febrero de 2012
Nostagias Cotidianas/ Estar enamorado
Estar Enamorado
Autor: Hernán González Díaz
Cuando yo era niño, quiero decir cuando uno no sobrepasa los 6 años, y se enamora. Definitivamente no sabe como asumir aquel nuevo sentimiento, puede ser que usted se enamore de su maestra, de la vecina, de la muchacha grande del abasto, de la prima mayor, o de la tía, uno no escatima en ir por las calles arrancando florecitas de cayena o bien haciendo dibujos que nos representan junto a la maestra o cualquiera que para el momento sea nuestra “NOVIA”. Porque cuando uno es un crío uno no tiene claro donde posar sus afectos, o al menos eso parece, pero cuando se trata de nuestra madre o de nuestra hermana uno sabe poner distancia entre ellas y el amor que uno pretende ofrecer. Tener NOVIA a esa edad no es nada fácil sobre todo cuando se tiene hermanas mayores que de seguro te agarraran de rochela al tiempo que te producen la sensación de que este nuevo sentimiento es malo. Dígame cuando se aparece nuestra hermana rodeada del coro de primas y amigas con frenos en los dientes para decir a viva voz _ Esta enamorado, Esta enamorado, Esta enamorado _ O el típico _ Fulano y Ana Elvira son novios, Fulano y Ana Elvira son novios , Fulano y Ana Elvira son novios_ De seguro después de esto uno tratara de ocultar cualquier sentimiento parecido al amor.
A uno le toca seguir creciendo y va por la vida haciéndose el duro y negándole sus afectos a las chicas. Y parece mentira, mientras más nos gusta la fémina que de seguro será una mujerzota, más le huimos y más nos enamoramos. Yo no se si ustedes habrán notado que, casi siempre que una chica se cruza por nuestra vida a nuestra corta edad y perturba nuestra tranquilidad, se trata de una mujer grandota y buenota, (eso habla de nuestro buen gusto), pero lo que resulta extraño es que nunca es una bebecita, plana y escurrida por bonita que sea. Siempre o casi siempre se trata de nuestra prima que esta como el queso de dieta (léase Ricota) , o una amiga de las primas, o de nuestra hermana, o muy bien de nuestra madre. Esto ultimo quiere decir mucho, puesto que la amiga de mamá tienen una expresión de sabiduría que nos atrae y nos intimida. Por lo regular cuando ella vista nuestra casa nos hacemos los distraídos, pero pasamos cerca de la visita para poder ver el objeto de nuestros afectos. Y cuando se nos acerca para darnos un beso, un beso calido y meloso es justo el momento en que las piernas se nos enroscan, la mirada se nos desvía, la piel se nos calienta, las mejillas se nos enrojecen y cuando sus labios ya casi rozan nuestras pómulos (al tiempo que nos abraza, nos pellizca las mejillas y nos lanza un piropo como_ Ay... esos cachetotes tan lindos... Venga para darle un beso a mi Bebe_ En ese momento, nuestro cuello se nos hunde en el tranco y sonreímos como los perfectos idiotas y lo único que se nos ocurre para dárnosla de duros, es limpiarnos el cachete, y salir huyendo con la palpitación más extraña entre el pecho y la entrepierna, palpitación que nadie más nos hará a sentir...; claro esta, hasta que crezcamos un poco más y en plena pubertad nos acercamos a alguna chica de forma más intima (quiero decir con besos y abrazos que a medida que se hacen más intensos y furtivos nos retornaran a aquella vieja sensación perturbadora que descubriremos en aquel beso de mujer que nos pellizcaba y besaba las mejillas. Y es entonces que nos damos cuenta que aquella sensación del recuerdo se queda corta ante las nuevas sensaciones. De seguro ya tendremos entre los 14 y los 16 años cuando cada vez que pensamos en nuestra novia surge en nosotros una urgencia de verla, de hablarle, por el simple hecho de que somos novios y mantenemos un cariño limpio y puro. Porque como novios procuramos el momento más oscuro para... (Apues y también quieren que les cuente eso, no que va). Esa es la época en que nuestros padres y los de ella se convierten en nuestros mayores enemigos, los padres de ella y que, porque están cansados de tener todos los días desde la salida del liceo y hasta las diez de la noche un carrizo; que aparte de que vive bazuqueando a la niña de la casa, por cada rincón, hay que darle almuerzo merienda y cena. Y cuando el papá le dice a uno: _ Bueno hijo ya nos vamos a acostar será hasta mañana _ Con todo respeto y conciencia uno contesta: _ Bueno no se preocupe descanse usted yo me voy más tardecita_ Cosa que nos parece totalmente normal puesto que el que tiene sueño es él. A no... El señor de la casa nos monta un cañón que aun hoy... Uno no se explica porque. Nosotros por el contrario queremos estar junto a nuestra novia por lo menos hasta las 12 de la noche, para hablarnos para darnos el más dulce de los besos. Bueno cuando repican muy duro nos vamos a nuestra casa pero nuestros padres tampoco ayudan. Porque en cuanto uno llega nos reclaman que _Estas no son horas, que la próxima vez duermes en la calle, Yo no se que clase de noviecita es esa que recibe visitas hasta tan tarde, mucho cuidado te estropeas tu vida trayendo un muchacho a la casa. Es más por castigo el fin de semana no hay salida pero ni a al balcón_. Y para colmo nuestros malvados e inconscientes padres a parte de secuestrarnos todo el fin de semana sin opción a rescate, pretenden que no llamemos a nuestra novia del alma mientras nos gritan y nos acusan con las más infames de las falacias _ El teléfono no lo tocas más, ¿tu sabes a como vino ah? ¿Sabes? No no sabes, que vas a saber, si tu lo que sabes es llamar, pues para que te enteres el recibo vino por los 630.000 mil bolívares, y de las 250 llamadas 246 son tuyas llamando a Tu- no-vie-ci-ta- y es más ni una sola baja de una duración de 40 minutos_. ¿Que se pensaran papá y mamá? ¿Que uno no se comunique ni siquiera un ratico? o es que ellos jamás se enamoraron. Y cuando al fin uno logra que ellos hagan la reflexión y recuerdan que lindo es el amor, es cuando se vuelven un poco más condescendientes, y empiezan a apoyarnos, y nuestra novia deja de ser la no-vie-ci-ta y adquiere nombre y la llaman _ Mihija _ . Pero de seguro ese es el momento en que también nuestra novia decide vivir otras experiencias y nos deja por el zoquete aquel que se acaba de graduar de bachiller que mide como 190, y que todas las chicas han sido novias de él y, que supuestamente le caía tan mal a la nuestra, que siempre que lo veía decía: _ Que tipo tan pesado, él se cree que esta buenote y que una va a caer redondita a sus pies tan solo por que te mira. Porque mira que no me quita la vista de encima el entupido ese_. Y por ello nosotros creímos en el amor porque ella era diferente a las demás, porque no caía tan fácil con el idiota con músculos y gracias a que alguna vez ella se fijo en nosotros también creíamos en el amor pero a partir de ese momento de abandono también descubrimos el desamor.
Nostalgias Cotidianas/ El Carnaval
El Carnaval
Autor: Hernán González Díaz
Hace unos años cuando llegaba el Carnaval más de uno se vestía de algún disfraz y de seguro se empujaba hacia la Plaza Bolívar con la firme intención de divertirse e incluso el de intimidar a los que no estaban disfrazados. Era una época en que algún organismo del Gobierno regional colocaba una tarima, un equipo de sonido y por supuesto algún grupo de tambor desafinado extraído de algún barrio sin sabor a costa.
Uno podía observar a los padres orgullosos de disfrazar a sus hijos de los más “diversos disfraces” como: el zorro, muñeca, el zorro, princesa, el zorro, superman, el zorro, indiecita, el zorro, picapiedra, el zorro, mamarracho, el zorro. Pero hoy la infidelidad típica del venezolano nos disfraza a los niños de HOMBRE ARAÑA. El zorro a pasado a ser personaje anticuado después de una fidelidad de casi más 25 años siendo el disfraz más buscado y usado. El hombre araña invadió nuestras plazas, calles, centros comerciales urbanizaciones, escuelas, baños públicos, panaderías y pare usted de contar. EL HOMBRE ARAÑA esta en todas partes y pareciera que es una especie de invasión de pequeños enanitos azul y rojo con unas capuchas tan grandes que un ojo de la mascara le queda en una oreja mientras el otro se lo comparten la boca, la nariz y un ojo.
Claro que lo que saca la piedra del carnaval, no son esos bichitos o arácnidos fastidiosos que de seguro si te ven sentado tranquilo tomándote un café y logran zafarse de las garras del su orgulloso padre o madre, te saltara en frente como si gran cosa apuntándote con unos spray que sueltan una especie de moco de colores, y en el mejor de los casos un chorro de agua salido de alguna pistolita que el orgulloso e irresponsable padre de seguro le compro.
Lo que más saca la piedra, no es ver tanto enanito vestido igual. Lo que más saca la piedra, no es que te salten delante cuando te tomas un café caliente al grito de: _ ¡Aaajaaa!..._ Lo que más saca la piedra, no es que te bañe de agua o de moco con colorante. Lo que más saca la piedra, no es que del susto se te paren los pelos, te de taquicardia y se te bote el café en el entrepiernas conteniendo el grito perfectamente justificado de: COÑ..._ No, nada de eso, lo que más saca la piedra, es ver al padre o la madre de este pequeño monstruo riendo de lo lindo orgullosos de lo ocurrente del NI...ÑI...TO... Y ay de ti si se te ocurre decir mira muchacho tu no tienes padre. Porque, el pequeño mutante en cuestión esta entrenado para decir 30 groserías por minuto aunque aun no se sabe el abecedario. Ay de ti, por que la señora gorda de la mesa de al lado que se devora un banana splip tamaño familiar para su dieta de calorías, te ve por el rabo del ojo mientras le comenta en un tono que tu puedas escuchar a su amiga flaca que fuma y fuma: _ Que bestia es ese tipo, mira como le hablo a ese pobre niñito_. Mientras en otra mesa una mujer que pareciera tener bigotes del miedo que infunde te dice: _Animal no ves que ese es un niño_. Y si tu tratas de explicarte ante la inquisición de las miradas destructoras y los gestos desaprobatorios de tu acción arco-reflejo, de seguro te cae el papá (que indudablemente y en esto no me equivoco) tiene aspecto de Jhony Bravo recién salido del gimnasio, y te dice: _ Bueno que es lo que te pasa con mi hijo tu no ves que ese es un niño. Si no te gusta el carnaval no salgas de tu casa_.
En el carnaval de mis padres no pasaban de disfrazarse de negrita, rumbera, el Dragón Chino, o el Santo , y si jugaban con agua era entre familiares y vecinos, Más hoy en día los tiempos han cambiado y uno si se arriesga a salir a una plaza o a un centro comercial tiene que: 1. Estar entrenado para esquivar las miles y miles de bombas llenas de agua: limpia, congelada, con perfume, con orine y vaya usted a saber cuantas cosas más, que te lanzan de los edificios, desde las casas, de las platabandas, los árboles; y no te salvas ni que estés en una camioneta por puesto. 2. Tienes que ir Psicológicamente preparado para que algún hombre que aprovechando el carnaval y para sacar su identidad sexual a pasear se disfrace de mujer y pasando en algún carro te lance un tarascón imaginen ustedes donde, al grito de: _ Papito todo eso es tuyo comparte conmigo pichirre_. 3. Tienes que ir prevenido para que no que te atraque una comparsa de mamarrachos, brujas, o monstruos de película de terror. 4. y último tienes que estar dispuesto para correr durísimo y escapar del linchamiento que de seguro te harán en algún centro comercial, una partida de adultos que se la dan de psicólogos infantiles y defensores de los niños que visten de HOMBRE ARAÑA, porque reaccionaste ante un engendro que te baña de mocos, groserías y café caliente.
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