Estar Enamorado
Autor: Hernán González Díaz
Cuando yo era niño, quiero decir cuando uno no sobrepasa los 6 años, y se enamora. Definitivamente no sabe como asumir aquel nuevo sentimiento, puede ser que usted se enamore de su maestra, de la vecina, de la muchacha grande del abasto, de la prima mayor, o de la tía, uno no escatima en ir por las calles arrancando florecitas de cayena o bien haciendo dibujos que nos representan junto a la maestra o cualquiera que para el momento sea nuestra “NOVIA”. Porque cuando uno es un crío uno no tiene claro donde posar sus afectos, o al menos eso parece, pero cuando se trata de nuestra madre o de nuestra hermana uno sabe poner distancia entre ellas y el amor que uno pretende ofrecer. Tener NOVIA a esa edad no es nada fácil sobre todo cuando se tiene hermanas mayores que de seguro te agarraran de rochela al tiempo que te producen la sensación de que este nuevo sentimiento es malo. Dígame cuando se aparece nuestra hermana rodeada del coro de primas y amigas con frenos en los dientes para decir a viva voz _ Esta enamorado, Esta enamorado, Esta enamorado _ O el típico _ Fulano y Ana Elvira son novios, Fulano y Ana Elvira son novios , Fulano y Ana Elvira son novios_ De seguro después de esto uno tratara de ocultar cualquier sentimiento parecido al amor.
A uno le toca seguir creciendo y va por la vida haciéndose el duro y negándole sus afectos a las chicas. Y parece mentira, mientras más nos gusta la fémina que de seguro será una mujerzota, más le huimos y más nos enamoramos. Yo no se si ustedes habrán notado que, casi siempre que una chica se cruza por nuestra vida a nuestra corta edad y perturba nuestra tranquilidad, se trata de una mujer grandota y buenota, (eso habla de nuestro buen gusto), pero lo que resulta extraño es que nunca es una bebecita, plana y escurrida por bonita que sea. Siempre o casi siempre se trata de nuestra prima que esta como el queso de dieta (léase Ricota) , o una amiga de las primas, o de nuestra hermana, o muy bien de nuestra madre. Esto ultimo quiere decir mucho, puesto que la amiga de mamá tienen una expresión de sabiduría que nos atrae y nos intimida. Por lo regular cuando ella vista nuestra casa nos hacemos los distraídos, pero pasamos cerca de la visita para poder ver el objeto de nuestros afectos. Y cuando se nos acerca para darnos un beso, un beso calido y meloso es justo el momento en que las piernas se nos enroscan, la mirada se nos desvía, la piel se nos calienta, las mejillas se nos enrojecen y cuando sus labios ya casi rozan nuestras pómulos (al tiempo que nos abraza, nos pellizca las mejillas y nos lanza un piropo como_ Ay... esos cachetotes tan lindos... Venga para darle un beso a mi Bebe_ En ese momento, nuestro cuello se nos hunde en el tranco y sonreímos como los perfectos idiotas y lo único que se nos ocurre para dárnosla de duros, es limpiarnos el cachete, y salir huyendo con la palpitación más extraña entre el pecho y la entrepierna, palpitación que nadie más nos hará a sentir...; claro esta, hasta que crezcamos un poco más y en plena pubertad nos acercamos a alguna chica de forma más intima (quiero decir con besos y abrazos que a medida que se hacen más intensos y furtivos nos retornaran a aquella vieja sensación perturbadora que descubriremos en aquel beso de mujer que nos pellizcaba y besaba las mejillas. Y es entonces que nos damos cuenta que aquella sensación del recuerdo se queda corta ante las nuevas sensaciones. De seguro ya tendremos entre los 14 y los 16 años cuando cada vez que pensamos en nuestra novia surge en nosotros una urgencia de verla, de hablarle, por el simple hecho de que somos novios y mantenemos un cariño limpio y puro. Porque como novios procuramos el momento más oscuro para... (Apues y también quieren que les cuente eso, no que va). Esa es la época en que nuestros padres y los de ella se convierten en nuestros mayores enemigos, los padres de ella y que, porque están cansados de tener todos los días desde la salida del liceo y hasta las diez de la noche un carrizo; que aparte de que vive bazuqueando a la niña de la casa, por cada rincón, hay que darle almuerzo merienda y cena. Y cuando el papá le dice a uno: _ Bueno hijo ya nos vamos a acostar será hasta mañana _ Con todo respeto y conciencia uno contesta: _ Bueno no se preocupe descanse usted yo me voy más tardecita_ Cosa que nos parece totalmente normal puesto que el que tiene sueño es él. A no... El señor de la casa nos monta un cañón que aun hoy... Uno no se explica porque. Nosotros por el contrario queremos estar junto a nuestra novia por lo menos hasta las 12 de la noche, para hablarnos para darnos el más dulce de los besos. Bueno cuando repican muy duro nos vamos a nuestra casa pero nuestros padres tampoco ayudan. Porque en cuanto uno llega nos reclaman que _Estas no son horas, que la próxima vez duermes en la calle, Yo no se que clase de noviecita es esa que recibe visitas hasta tan tarde, mucho cuidado te estropeas tu vida trayendo un muchacho a la casa. Es más por castigo el fin de semana no hay salida pero ni a al balcón_. Y para colmo nuestros malvados e inconscientes padres a parte de secuestrarnos todo el fin de semana sin opción a rescate, pretenden que no llamemos a nuestra novia del alma mientras nos gritan y nos acusan con las más infames de las falacias _ El teléfono no lo tocas más, ¿tu sabes a como vino ah? ¿Sabes? No no sabes, que vas a saber, si tu lo que sabes es llamar, pues para que te enteres el recibo vino por los 630.000 mil bolívares, y de las 250 llamadas 246 son tuyas llamando a Tu- no-vie-ci-ta- y es más ni una sola baja de una duración de 40 minutos_. ¿Que se pensaran papá y mamá? ¿Que uno no se comunique ni siquiera un ratico? o es que ellos jamás se enamoraron. Y cuando al fin uno logra que ellos hagan la reflexión y recuerdan que lindo es el amor, es cuando se vuelven un poco más condescendientes, y empiezan a apoyarnos, y nuestra novia deja de ser la no-vie-ci-ta y adquiere nombre y la llaman _ Mihija _ . Pero de seguro ese es el momento en que también nuestra novia decide vivir otras experiencias y nos deja por el zoquete aquel que se acaba de graduar de bachiller que mide como 190, y que todas las chicas han sido novias de él y, que supuestamente le caía tan mal a la nuestra, que siempre que lo veía decía: _ Que tipo tan pesado, él se cree que esta buenote y que una va a caer redondita a sus pies tan solo por que te mira. Porque mira que no me quita la vista de encima el entupido ese_. Y por ello nosotros creímos en el amor porque ella era diferente a las demás, porque no caía tan fácil con el idiota con músculos y gracias a que alguna vez ella se fijo en nosotros también creíamos en el amor pero a partir de ese momento de abandono también descubrimos el desamor.
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